El pendón de la Misericòrdia (1900)

El domingo 22 de abril de 1900, Anton Gaudí participó en la peregrinación al santuario de la Virgen de Misericordia, patrona de Reus, con motivo del cambio de siglo. En la magna procesión por las calles de Reus, cada grupo desfiló con su estandarte. Gaudí hizo el estandarte del grupo de los reusenses residentes en Barcelona, que eran unos doscientos. De los cuarenta y nueve estandartes, tres fueron regalados a la Virgen y se quedaron en el santuario, entre ellos el de Gaudí. Su anverso y su reverso son los situados en la parte superior de la fotografía publicada por el “Semanario Católico de Reus” el 21 de julio de 1900. Era un pendón espléndido, muy superior a los demás. Era de cuero repujado. En la parte delantera, el pintor Aleix Clapés había representado sobre el cuero a Isabel Besora –la pastorcilla del siglo XVI a quien se había aparecido la Virgen de Misericordia-, de tamaño natural y en actitud suplicante. En el reverso, toda la superficie la llenaba un gran escudo de Barcelona de cuero dorado y plateado sobre fondos de riquísimo tisú de oro y de damasco. En el centro, la rosa de Reus, con sus cinco pétalos hechos de platino repujado. Sobre el pendón, había una pequeña estatua de la Virgen de Misericordia, de aluminio fundido a la cera perdida, hermosamente policromada. Le sostenían el manto dos ángeles, también de aluminio. Sobre la Virgen, el Santísimo Nombre de Jesús y más arriba, dominándolo todo –como en cada obra de Gaudí-, la Cruz. En la parte alta del estandarte, campeaba la inscripción: MISERICÒRDIA, en letras de aluminio cizallado y repujado, decoradas con profuso color.. En la parte baja, otras dos inscripciones: en el delante, “Pe’l sigle XIX”; y en el detrás, “Per nantrus”. A un lado y otro, encuadrando el pendón: “Barcelona” y “Reus”. El conjunto era deslumbrante, una joya auténticamente gaudiniana por su belleza, su precio, su simbolismo y la unidad orgánica de la diversidad de materiales y elementos. Los unía todos, rodeando el conjunto del pendón, precisamente un rosario gigante completo, de cuentas de aluminio y bronce. El pendón se portaba con una riquísima caña de bambú con aplicaciones de metal. Este acto multitudinario no tenía ningún propósito folclórico, político, tradicionalista o cultural, sino que era “pura y exclusivamente una manifestación de fe católica, sin otro objeto ni móvil que la gloria de Dios y de la santísima Virgen”. El “Semanario Católico de Reus” publicó la fotografía del grupo en la procesión. Era la segunda vez que la imagen de Gaudí aparecía en la prensa; él, por modestia personal, se negaba a ser retratado, y los periodistas aprendieron pronto que la única posibilidad era aprovechar su paso en las procesiones.

Josep Maria Tarragona, 27-VIII-2007
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Última actualización: 06/05/2016