La religiosidad en el siglo XIX

La Iglesia no renunció a las grandes procesiones. Más que actos de piedad, eran manifestaciones de presencia pública, de afirmación de masas y de encuadramiento de los católicos fieles ante el resto de la sociedad. Con frecuencia precisaban de la protección pública y había altercados. Por otra parte, todas las festividades del calendario continuaban siendo religiosas, excepto el carnaval y las celebraciones paralelas a la Navidad y a la Semana Santa. De acuerdo con el espíritu romántico de la época, la religiosidad se basaba en el sentimiento religioso, excitado y gratificado mediante la devoción personal. Así, los libros que se editaban eran básicamente apologéticos y devocionarios, sin excesiva profundización teológica, litúrgica o bíblica (las únicas ediciones del Nuevo Testamento en todo el siglo XIX fueron hechas por los protestantes, en 1832, 1835, 1836 y 1888). Entre las obras más difundidas, destacan las del padre Claret , muchas de ellas publicadas por la casa editorial “Herederos de la Viuda Pla”, propiedad de Josep Maria Bocabella, y que alcanzaron miles de ejemplares. Así, el libro catalán de cualquier género más difundido de todo el siglo XIX es su “Camí dret i segur per arribar al cel”, aparecido en 1848 y que alcanzó los 400.000 ejemplares. El modelo de cristiano que propone duró toda la vida de Gaudí y ha llegado hasta el concilio Vaticano II, por no decir hasta nuestros días. Un seglar de confesión semanal o quincenal, comunión y misa a diario si se puede, rosario diario, devoción a María, al Sagrado Corazón y a diversos santos, y con un confesor/director espiritual al que está completamente sumiso. Su vida cristiana consiste en la vida de familia —con deberes de estado para cada miembro— y en la piedad personal, en lucha contra el vicio, la blasfemia, el pecado y el demonio. Esta piedad personal se realiza mediante un entramado de devociones diarias (rosario, oración de la mañana y de la noche, comunión y asistencia a misa siempre que se pueda, bendición de la mesa, ángelus de mañana y tarde, examen de conciencia, etc.), semanales (misa dominical, confesión, etc.), mensuales (primeros viernes, etc.) y anuales (días de retiro y novenas o triduos por las fiestas de la Virgen, san José y otros santos, etc. ), sobre el que el cristiano teje el resto de la vida.

Josep Maria Tarragona, 2-XI-2006
COMENTARIOS



©2013 antonigaudi.org
Todos los derechos reservados.

Última actualización: 06/05/2016