Robotización de la talla de piedras

Los diseños de Antoni Gaudí eran tan racionales, tan alejados del capricho onírico y tan basados en la geometría y la mecánica con que está hecha la Naturaleza, que parece como si hubiera intuido que, pasados los años, se pudieran desarrollar con las modernas tecnologías actuales. La imagen del picapedrero artesano, con años de oficio al pie de obra, ha desaparecido. Por una parte, porque en el solar de la Sagrada Família no hay espacio para el tallado de las piedras, que se tiene que hacer en otros locales, fuera de Barcelona, en las naves de los proveedores. Y de otra parte porque, desde 1989, se hace con máquinas de control numérico, con un brazo articulado, que permite trabajar con siete ejes, dos en la bancada y cinco en el brazo. Con la programación informática, la máquina puede esculpir con precisión incluso los diseños de más complejidad geométrica que dejó el maestro, a base de superficies cuádricas regladas y helicoides. Los tramos de las columnas, por ejemplo, parten, en la base, de dos figuras estrelladas con seis, ocho, diez o doce vértices redondeados por parábolas cóncavas y convexas, que suben girando helicoidalmente una en sentido dextrógiro y la otra en sentido levógiro. Gaudí hacía maquetas de yeso, que fueron destruidas durante la persecución religiosa contra los católicos de 1936, al comenzar la Guerra Civil Española. Muchos pedazos han sido recuperados y a partir de ellos los maquetistas, con ayuda del computador, rehacen las piezas, que después son talladas con total precisión por los brazos robóticos. Una vez han pasado los controles, las piezas llegan a la Sagrada Família, donde se procede a montarlas. Y los arquitectos e ingenieros actúan igual que Gaudí: hacen un modelo a tamaño natural de un material blando, en este caso poliuretano, y lo ponen en el sitio donde irá la pieza definitiva, para comprobar la forma y las medidas. “Para ver el aspecto que tienen antes de ponerlas de piedra”, dice el arquitecto Jordi Faulí, repitiendo la explicación de Gaudí.

Josep Maria Tarragona, 27-V-2008
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Última actualización: 06/05/2016