Máximo Díaz de Quijano

Máximo Díaz de Quijano hizo fortuna en América y regresó a su Cantabria natal. Era amigo íntimo del conocido novelista José Maria de Pereda y tenía como él ideas carlistas. Pereda, en su juventud, antes de decantarse hacia el género de la novela, escribió varias obras dramáticas, entre ellas tres libretos de zarzuela. Estas obras primerizas fueron publicadas en 1869 en un volumen titulado “Ensayos dramáticos”, del que sólo se editaron 25 ejemplares. Se trata de las dos comedias “Tanto tienes, tanto vales” y “Marchar con el siglo”; y las tres zarzuelas “Mundo, amor y vanidad”, “Palos en seco” y “Terrones y pergaminos”. La música de “Mundo, amor y vanidad” y de “Terrones y pergaminos” corrió a cargo de su amigo Máximo Díaz de Quijano. “Mundo, amor y vanidad” es una zarzuela en un acto y en verso. Fue estrenada el 21 de noviembre de 1863 en el teatro Principal de Santander. El argumento se sitúa en la corte de Felipe IV: el rey conoce a la joven Esperanza en una cacería; interesado por ella, se entera de que en su vida hay dos hombres, su novio Enrique y un conde, que posteriormente descubrirá que es su padre. Finalmente, el rey renuncia a sus pretensiones y acepta la boda entre Enrique y Esperanza, comprometiéndose a ser el padrino. La partitura manuscrita de esta obra ha aparecido recientemente en el Archivo Lírico de la Sociedad General de Autores de España (SGAE). No está firmada, por lo que está catalogada como anónima. Tres años más tarde, el 15 de diciembre de 1866, se estrenó “Terrones y pergaminos”. Fue la única obra teatral de Pereda sobre costumbres montañesas, con una temática muy parecida a la de su novela “Blasones y talegas”. La obra está ambientada en una aldea de Cantabria; gira en torno a las familias de sus dos protagonistas, la de Antón, con mucho dinero pero sin distinción, y la de Luisa, de rancio linaje pero sin recursos económicos. Los jóvenes tienen otras preferencias a las de sus padres y finalmente Luisa se casa con su primo Jaime y Antón con su novia Juana. Pereda utiliza un ambiente montañés e introduce personajes populares y escenas coloristas y pintorescas, algo que sería una constante en su producción novelística posterior. La obra no tuvo demasiada fortuna. Las situaciones y descripciones de tipos y paisajes resultaban artificiosas en la escena. Pereda mismo reconocería su fracaso en el teatro en una carta enviada en 1898 al maestro Saco del Valle, que le había solicitado un libreto para una zarzuela: "A mí no me llamó Dios hacia el camino del teatro como castigo de mis grandes ambiciones de triunfar siquiera una vez en él". Además, Máximo Díaz Quijano fue autor también de algunas canciones para tonadilleras y cupletistas. Su hermana Benita se casó con Claudio López y López, hermano de Antonio, el primer marqués de Comillas. Se integró en la elite veraneante de Comillas, y así el “Boletín del Comercio” de Santander del 16 de julio de 1882 lo cita como “el ilustrado y conocido jurisconsulto que está en Comillas”. En 1883 encargó a Gaudí una casa en Comillas: El Capricho. Máximo Díaz de Quijano y Gaudí no llegaron a conocerse, ya que Gaudí no visitó nunca Comillas. Tampoco pudo disfrutar de la casa que le había construido Gaudí, ya que murió el 7 de julio de 1885, el mismo año que se acabó El Capricho. (No obstante, el escultor Joan Matamala, hijo de Llorenç Matamala, escribe en sus tardías memorias “Mi itinerario con el arquitecto” que Gaudí le contó que había hecho un viaje de incógnito a Santiago de Compostela entre 1883 y 1885, pasando por Burgos y Comillas). El panteón de Máximo Díaz de Quijano se encuentra en el magnífico cementerio de Comillas, obra de Domènech i Muntaner. La hermana de Máximo, Benita, heredó El Capricho; y el año 1904 el hijo de ésta, Santiago López y Díaz de Quijano, quien murió en Barcelona también soltero el 9 de diciembre de 1928. De Santiago, El Capricho pasó a sus hermanos y a su madre; y de éstos a Joan Antoni Güell i López, un hijo de Eusebi Güell i Bacigalupi. La casa cayó en el abandono. Como ha reseñado Tate Cabré, hubo en 1975 un intento de trasladarla a Reus: el Ayuntamiento de la ciudad natal de Gaudí quiso comprar El Capricho para trasladarlo piedra a piedra al nuevo parque de Sant Jordi. Finalmente el 2 de enero de 1992 la compañía japonesa Mido Development Co. Ltd. adquirió El Capricho de Gaudí e instaló un restaurante.

Josep Maria Tarragona, 04-VII-2006
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Última actualización: 06/05/2016